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Por ti hasta el infierno (La fábula de Orfeo)

La fábula de Orfeo y Eurídice

Hoy vamos a escribir sobre  otra ópera barroca (prebarroca dicen algunos), “La fábula de Orfeo” o también conocida como “El Orfeo de Monteverdi”. ¿Por qué? Porque sí, que es la mejor  razón de todas. Además porque me gusta, porque conozco gente a la que le gusta y porque si leen en cualquier lugar sobre esta ópera –Wikipedia por ejemplo- verán que prácticamente le dio origen al género que motiva este blog, así que tarde o temprano la tenía  que incluir. Y ya es tarde.

Lo bueno, para algunos, es que este será un post corto porque la leyenda es conocidísima y porque el libretista no se anduvo con rodeos a la hora de escribirla, así que será más que nada un recordatorio de la línea general dividida en actos (cinco y un prólogo) y algunos links. Para todo lo demás existe internet. Y m@sterc@rd pero ellos no me auspician así que vamos con el argumento.

En el prólogo –que seguro ya escuchaste alguna vez y si no luego escucharás y te encantará- aparece la Música (acá con mayúsculas porque es el nombre de un personaje) diciéndonos que guardemos  silencio mientras vemos la historia de Orfeo, hijo de Apolo y la musa Calíope. O sea más o menos como cuando en el cine sale el corto y te dice que apagues el celular y que los niños llorones los apagues en el lobby. Los CALMES en el lobby, perdón.

En el primer acto aparecen pastores y ninfas en el medio del campo haciendo cosas propias de pastores y ninfas. O sea cantando un coro en alabanza de Orfeo que se casará con la ninfa Eurídice -allí presentes- porque mi blog es apto para todos y esta ópera también. Luego Orfeo cuenta con lujo de detalles cómo se enamoró de ella, Eurídice hace lo mismo porque también está enamorada hasta la médula y luego se va con sus amigas a recoger flores mientras la fiesta continúa; siempre apta para todos.

En el segundo acto siguen los cantos de Orfeo y los pastores, pero aquí él les cuenta lo triste que andaba antes de haber conocido al amor de su vida; en eso llega una Mensajera quien le cuenta a Orfeo que una serpiente mordió a Euridice y ha muerto. Eurídice, no la serpiente, claro, que es una ninfa y no una arpía como para andar matando serpientes. Tan triste es la noticia que la propia Mensajera lamenta tener que darla (obviamente esa mensajera no es una empleada pública de acá porque a ellos les extirpan el centro de emociones). Orfeo desesperado decide y anuncia que bajará hasta el infierno para rescatar a Eurídice, que por ella se pega con cualquiera aunque lo abollen mucho y que no hay forma en que pueda vivir sin ella. Todo eso cantando, porque desde sus orígenes en la ópera se sufre cantando.

En el tercer acto vemos a Orfeo llegando a la laguna Estigia junto con la Esperanza quien le dice que todo lindo pero que con ella hasta ahí nomás porque bien dijo el autor “Lasciate ogni speranza voi che entrate” y que quién es ella para cambiarle los textos al Dante. Orfeo sigue solo y Caronte no quiere dejarlo pasar pero este logra dormir al vigilante con su arpa (no consta en el libreto si a golpes de arpa o con música de arpa, pero se suele representar con música). Dormido el vigilante, Orfeo roba la barca y sale camino al infierno en busca de Eurídice. Mientrastanto un coro de espíritus infernales canta alabanzas al Hombre que todo lo intenta para lograr sus objetivos.

En el cuarto acto Orfeo ya llegó al infierno y con su canto emociona a Proserpina, quien trata de convencer a Plutón para que permita al cantor recuperar a Eurídice, haciendo referencia a cuando el propio Plutón la raptó y la llevó al infierno (acá tal vez valdría poner un enlace al mito de Proserpina por si alguien se ha olvidado cómo es). Plutón, quien también se emocionó con el canto de Orfeo (hasta el dios de la muerte tiene su corazoncito) acepta con la condición de que Orfeo no debe mirar a Eurídice hasta que hayan salido del infierno. Orfeo emprende el camino de retorno seguido de su amada y cuando ha traspuesto el límite del infierno mira hacia atrás para ver si Eurídice lo seguía, pero con tan mala suerte que ella todavía tenía un pie en el inframundo y comienza a desvanecerse mientras un espíritu enviado por Plutón le dice a Orfeo que por quebrar  la ley perderá la gracia. Orfeo trata de regresar pero es expulsado del infierno mientras un coro observa que Orfeo fue vencido por el infierno y sus propias pasiones. Eso acá se llama “sacar cachita”, pero se ve que en el infierno es lo normal.

En el quinto y último acto vemos a Orfeo vagando por los campos de Tracia, lamentando su soledad y llorando por su amor, al que nunca quiso perder. Apolo, conmovido por la tristeza  de su hijo, baja del Olimpo para consolarlo y le pide que lo acompañe al cielo donde verá a Eurídice como sol y estrellas, como luna de vida, entonces padre e hijo cantan un dúo y ascienden al cielo donde encontrarán la alegría eterna.

Y así termina “La fábula de Orfeo” que me gusta mucho pero para la que yo hubiese preferido tal vez un “happy end” de pareja de carne y hueso. No sé, a lo mejor peleándose un poco más con Plutón… En fin.

Ahora les pongo, como siempre, algunos enlaces:

Este es el prólogo que les mencionaba al comienzo del post, por Jordi Savall:

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Este es “Lasciati i monti” el coro del primer acto donde pastores y ninfas hacen cosas aptas para todos:

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“Rosa del ciel” del primer acto también

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“Tu se’ morta” del acto segundo. (No te preocupes si te pierdes un poco, al final pondré un enlace con la ópera completa)

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“Possente spirito” del acto tercero:

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Aquí pasajes del acto cuarto:

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Este es el final del quinto acto:

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Acá la ópera completa,representada por Jordi Savall y La Capella Reial de Catalunya en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, 2002

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Otra versión, entera y con subtítulos en varios idiomas. Disfruta:

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Y hasta acá llegamos con tremenda ópera.  A estas alturas estoy convencido que te debe haber capturado como en su momento lo hizo conmigo.

Como siempre termino diciendo, si quieres comentar, pedir, corregir algo u opinar puedes hacerlo por acá mismo o buscándome como @Malfitan0 en Twitter y para ver cómo comenzó esto puedes leer desde acá.

Ahora dejo de escribir, me voy a entrenar por si tengo que pelearme con Plutón o cualquier otro advenedizo y de allí me quedo parado en la esquina escuchando ópera.